lunes, 12 de marzo de 2012

Suspicion de Alfred Hitchcock (1941)


Es un alivio saber que aun no he visto todas las películas de Hitchcock; dejarse sorprender por su barroco uso del lenguaje es encantador, un prolongado ejercicio de amor al cine y el testimonio de una forma de ver y hacer películas que ya no puede existir. Suspicion tiene todos los elementos clásicos de una película de Hitch: la lenta transformación de un sueño en una amarga pesadilla, la sombra de una duda sobrevolando uno de los personajes, la sexualidad como lectura subliminal obligada, la profanación del ambiente idílico del hogar americano y, por sobre todo, el tema universal del director, el amor como un monstruo al acecho, como una fuerza irracional y, en ocasiones, autodestructiva. Las historias inverosímiles de Hitchcock se sostienen porque nunca dejan de ser decorados de cartón, apariencias con las que el director se divierte para contarnos que, en verdad, todo en nuestra vida pasa por el amor (y por el sexo).

En Suspicion conocemos la historia de Lina, una muchacha de alta sociedad interpretada por Joan Fountaine, y el mujeriego y desvergonzado Johnny, papel que Cary Grant encarna a la perfección. Ella se enamora perdidamente de él y, contradiciendo al mandato paterno, decide casarse. Lo que sigue es Hitchcock puro: Johnny es un apostador y un pésimo marido que lo arregla todo con una sonrisa, Lina es una mujer enamorada que comienza a sospechar que su pareja no solo es un ladrón sino también un asesino. El tono inicial de comedia ligera vira lentamente hacia un suspenso sórdido, en un giro narrativo que comenzaba a revelar los rasgos de autoren una época en que los géneros eran estructuras de hierro.

La película gana en barroquismo a medida que la pesadilla deshace el sueño de Lina y la tensión llega a su cumbre en la monumental escena en la que Cary Grant sube a dejarle el famoso vaso de leche a su esposa. Ella está enferma, acostada en su cama, sabe que su marido ha encontrado un veneno que “no puede ser detectado por la policía” y también sabe que, si ella muere, Johnny cobraría una importante suma de dinero por su seguro de vida. La puesta es excesiva, expresionista, y el vaso de leche blanco asombra en la oscuridad reinante. En este punto, vale mencionar una opinión de Hitchock sobre el final de Suspicion que encontramos en su libro de conversaciones con Truffaut:

No me gusta el final de la pelicula, tenia otro, distinto al de la novela: cuando al final del film Cary Grant lleva el vaso de leche envenenado, Joan Fontaine estaria escribiendo una carta a su madre: "Querida mama, estoy desesperadamente enamorada de el, pero no quiero vivir. Va a asesinarme y prefiero morir. Pero creo que la sociedad deberia estar protegida contra el". Entonces, Cary Grant le da el vaso de leche y ella dice: "Querido, quieres enviar esta carta a mama, sino te molesta?. El dice, "Si". Ella bebe el vaso de leche y muere. Fundido, encadenado, una escena corta: Cary Grant llega silbando, abre el buzon y echa la carta dentro.

No pretendo contar el desenlace, pero si dire que en mi opinion dista de ser un happy ending tradicional y que, por el contrario, deja abierta una notable inquietud. En lugar de clausurar un enigma (Johnny es un asesino o no lo es), el final de Suspicion resulta turbador porque la sombra de esa duda seguira en la protagonista y en nosotros al llegar el final. Para Lina seria un alivio morir y escapar de la prision de su propio amor, por el contrario, seguir viva y casada con alguien en quien no confia significa perpetuar la angustia. En Spellbound o en The Shadow of a Doubt la historia se resuelve y se clausura, en Suspicion se abre y se prolonga, lo que explica en parte la grandeza del filme.

De todos modos, el verdadero logro de la pelicula son esos arrebatadores primeros planos de Jean Fountaine cuando, enamorada, mira a Johnny. Ese rostro captura el misterio de la escisión humana entre razón y sentimiento; en última instancia, todo en la película está basado en ese misterio y solo un genio como el de Hitchcock es capaz de filmarlo.

JPS

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