lunes, 24 de septiembre de 2012

Splendor in the grass de Elia Kazan (1961)

splendor in the grass

El cine americano de finales de los 50 e inicios de los 60 tuvo como tema recurrente el quiebre generacional entre padres e hijos, un preludio a la aparicion de Elvis, la cultura juvenil y las drogas. En la inasible trama de ideas y hechos secretos que conforman la realidad, son multiples aquellos pueden explicar esta separacion filial definitiva y todos exceden el marco de este modesto espacio, pero vale destacar que, tal como ha escrito Eric Hobsbawm, el movimiento juvenil reemplazo los obsoletos valores de sus padres por una libertad sin fundamento que hoy se confunde con el individualismo o un ego desbordado y consumista (o, lo que es aun peor, anti consumista). Luego del mayo del 68 Lennon decreto su famoso the dream is over y comenzo una pesadilla que acabaria en las series de Cris Morena.

En las peliculas de Elia Kazan suele haber desbordes emocionales, cierta afectacion en el tono y un regodeo sobre los sentimientos que lo alejan de mi bressoniano gusto personal. Pero, claro, Kazan no deja de ser un gran director, poseedor de un imaginario visual asombroso y una emocionante capacidad para hacer ficcion sobre una realidad que es siempre conflictiva. Si On the Waterfront es  la gran obra maestra de Kazan, Splendor in the grass es una de sus peliculas mas logradas. Ambas tienen en comun un heroe cuyo sentimentalismo entra en conflicto con un contexto siempre hostil.

El film toma el titulo de un poema del britanico William Wodsworth.

Though nothing can bring back the hour
Of splendour in the grass,
of glory in the flower,
We will grieve not, rather find
Strength in what remains behind;

La pelicula esta ambientada en la decada del 20 aunque no deja de ser tipicamente de los sesenta en su forma y en su contenido. Natalie Wood es Wilma, la bella hija de un matrimonio de clase media que esta de novia con Bud, personaje que interpreta Warren Beatty, un joven atractivo y silencioso, hijo de un prospero y desbordado empresario petrolero. La idiotez de ambos padres y la vida llena de prejuicios de una ciudad del medio-oeste americano termina destruyendo a la casta pareja mientras el crack de Wall Street se lleva consigo a cientos de estadounidenses que se arrojan por la ventana. El drama filial se duplica y permite ciertos desbordes, pero la preciosa actuacion de Natalie Wood y el amor incondicional de su personaje hacia Bud sostiene toda la estructura narrativa . La nobleza y la inocencia Wilma  es emocionante y Wood la interpreta de manera conmovedora.

Con riesgo a adelantar la trama, la mejor secuencia del film es la ultima, de un tono reposado y melancolico que contrasta con los molestos excesos emocionales que parecen arrebatarse en la pantalla. Luego de un largo tiempo separados, Wilma y Bud vuelven a verse. Hechos de tiempo, se observan tratando de encontrar eso que los unio alguna vez. Toda la escena es hermosa, silenciosa y construida por una serie de miradas que vuelven prescindible el lenguaje. Es alli, cuando hay una contencion tanto en los personajes como en la camara, que la pelicula crece, tal como hemos visto crecer a la propia Wilma, de adolescente inocente a mujer que, como toda persona adulta, carga una pena. Como ha dicho Wodsworth, habra que buscar fuerzas en lo que ha quedado detras. Suena como un objetivo modesto pero digno para ese grupo difuso que llamamos juventud.

JPS

sábado, 22 de septiembre de 2012

Abrir puertas y ventanas de Milagros Mumenthaler (2011)

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Como joven realizador de un film que ha ganado algunos festivales internacionales, no puedo mas que desconfiar de cualquier pelicula que haya ganado algunos festivales internacionales. Tal es el caso de Abrir puertas y ventanas, co produccion con Holanda que, claro, gano premios en Holanda e hizo pensar a muchos que se trataba de una gran pelicula. Todo el asunto alrededor de estos festivales y premios merece ser analizado con aquel texto de Bourdieu sobre Campo Intelectual a mano para compender, asi, los extranos recorridos culturales y simbolicos que existen en el humilde universo del arte.

Muchos de los nuevos cineastas argentinos copian lo peor de Rohmer, su conservadurismo, y entregan en sus peliculas simples banalizaciones de aquel hermoso impresionismo rohmeriano. El frances consigue en sus peliculas narrar la tension entre lo efimero y lo eterno, el hombre y su entorno, parte del misterio de la experiencia humana. En Abrir Puertas y Ventanas, en cambio,  todo se reduce a una metafora muy simple contada de manera muy artificiosa, con personajes que pocas veces son algo mas que estupidos, que se tratan mal, que se dicen sin problemas conchuda, forra, idiota, perdiendo toda nobleza y, por lo tanto, todo interes del espectador hacia ellos. La camara busca en vano algun lugar en el que  pararse para mirar y, como nunca lo encuentra, se mueve de manera erratica prorizando una belleza del encuadre que no significa nada. Hay una busqueda forzada de momentos emotivos (la cancion, por ejemplo) que surgen desde el vacio de una narracion se pierde en un regodeo estetico y que desde su aparente libertad no hace mas que volverse una fabula conservadora.

Abris puertas y ventanas narra la historia de tres hermanas que viven en la casa de su abuela muerta. Si piensan que la casa las agobia y que las chicas estaran felices cuando logren modificar la estructura simbolica del lugar, acertaron. Esa es la metafora del film, clara desde un principio, contada con impericia y una  incesante busqueda de emociones en la intrascendencia. Las actuaciones son malas, no por culpa de sus buenas actrices, sino por una falta de direccion. Se escuchan  esa clase de dialogos tan de cine argentino, donde el hecho de ir o no al videoclub parece central para la vida de todos.

Hay una idea generalizada en el nuevo cine que dice que todo debe ser sugerido. Esto es una aberracion estetica. Esta claro que no debemos ser obvios, pero la exagerada sugestion hace que uno sienta que el director no quiso apostar a nada, que no se hizo cargo de la historia (de la pelicula y de su pais) y dejo que todo quedara en un fuera de campo que suena a simple cobardia artistica y que excluye a lo real, ese concepto magico. Es comun en muchas peliculas nacionales de nuevos directores que todo transcurra en un entorno cerrado, en un marco que los exima de enfrentarse a la compleja trama de la realidad que, de todos modos, siempre esta ahi. Los padres de las chicas estan ausentes y, claro, uno de inmediato puede pensar en los desaparecidos. Este detalle no es un elemento que suma sino una trampa que no se traduce en una conducta de lucha por parte de las tres ninas, que son poco menos que estupidas. 

En Abris Puertas y Ventanas se repite un triste sindrome del nuevo cine argentino: en su afan por cenir la narracion a espacios fisicos y simbolicos reducidos, quienes terminan encerrados son sus directores, que filman la cronica de su propia incapacidad para comprender eso que sucede. Sus prejuicios se comunican en la falta de nobleza de sus personajes, sus miedos en la banalidad que filman, y en lugar de dar pie a una libertad que es tambien angustia, someten a sus personajes a una tristeza forzada y poco natural. En este caso, la directora es la casa, su peso simbolico y cultural, transformando la obra en una suerte de experimento sadico muy sugerido. Cuando las chicas logran librarse de ese peso, la camara se aleja y todo termina. Es dificil filmar la libertad.

JPS

lunes, 17 de septiembre de 2012

L'innocente de Luchino Visconti (1976)

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Como todo aristocrata con alguna dignidad, Visconti narro con obsesion la decadencia de su clase. La distancia entre la pose gelida y el turbulento mundo interno de sus personajes constituye un abismo y la belleza secreta de sus peliculas. L’innocente esta basada en una novela de Gabriel D’Annunzio, figura estelar del crepusculo de la nobleza italiana y, casi como consecuencia directa, promotor del fascismo. D’Annunzio crea una version pervertida y masculina del mito de Medea y la parabola de su protagonista, Tulio, parece trazar el recorrido exacto de su propio pais en esos anos previos a la llegada de Il Duce

Tulio forma parte de una familia con mucho dinero que habita teatros, mansiones y jardines asfixiantes en su perfeccion. Nunca lo vemos trabajar, su vida ociosa transita entre mujeres, esgrima y conciertos de piano que lo aburren. Tulio esta casado con la bella Giuliana y se entretiene, sin ningun pudor, con su bella amante Teresa, una dama de sociedad a quien le agrada el juego histerico. Perdido ya por ella, Tulio le confiesa todo a su esposa y decide vivir libremente su pasion. Giuliana conocera entonces al joven escritor Filippo D’Arborio y vivira un romance apenas sugerido por un par de miradas. El estupido instinto posesivo de Tulio, su orgullo clasista, su falsa moral, lo haran volver con su esposa. De aquella aventura quedara, sin embargo, un ser inocente cuyo destino parece irremediable.

Visconti filma con un ritmo extraordinario, cada corte de la pelicula llega en el momento justo y las escenas tienen la duracion exacta, meritos dignos de un director de su talla y oficio en la que seria su ultima obra. En L’innocente se mezclan lo clasico y lo vanguardista, su forma es superadora  porque, siendo absolutamente personal, Visconti tampoco puede evitar el anonimato al que aspira toda gran pieza artistica que deberia ser narrada por todos y por nadie segun la sentencia borgeana. Toda la puesta de camara esta regida por la mirada, esa sustancia hecha de deseo, y alterna entre suntuosos planos generales y primeros planos arrebatadores, siempre con algun velo atravesando los ojos, retratando esa falta de autenticidad detras de cada gesto.

A modo de eleccion etica y estetica, si es que hay alguna diferencia entre ambos conceptos, siempre he preferido peliculas en las que los personajes son nobles en lugar de aquellas en las que son despreciables. Si me resulta tan grato ver a Ford es porque, sin dejar de ser critico e ironico, nunca deja de construir hombres y sociedades admirables, poniendo la grandeza humana por encima de todo acto vil. Visconti, por el contrario, establece aqui una larga y precisa critica y sus personajes apenas si tienen algun momento de humanidad. El hermano de Tulio es quien desliza, como al pasar, algunas palabras cuando compara su vida con la del escritor D’arborio: Nosotros hemos estudiado, viajado, leído, somos ricos, inteligentes, hábiles, educados... ¿para qué? La escena final y la huida cobarde de Teresa entre jardines de inmaculada belleza marcan el epilogo de una pelicula extraordinaria protaganizada por fantasmas dignos no de nuestro odio sino de nuestro olvido.

JPS

lunes, 10 de septiembre de 2012

Medea de Lars Von Trier (1988)

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En primer lugar esta Medea, una de las mas bellas tragedias de Euripides; la historia es conocida: para vengarse del hombre que la abandono, Medea asesina a sus propios hijos. Esta decision final es mucho menos ilogica de lo que uno podria pensar y el lector logra (miles de anos despues) sentirse conmovido por el drama de un personaje que, a pesar de su monstruosa accion, no deja de ser humano. En la fenomenal capacidad de Euripides para darle densidad a Medea estan las razones por las que el aliento tragico de esta mujer ha llegado hasta nuestros dias.

En segundo lugar esta Carl T. Dreyer, el mas grande de los directores daneses. Por su dinamica de trabajo y por la estupidez ubicua de los productores, muchos  de sus proyectos quedaron truncos, dejando una filmografia escasa si se lo compara con otros directores canonicos. Entre sus proyectos fallidos se cuenta una adaptacion de Medea que hubiera sido genial ver en sus manos. Dreyer llego a escribir el guion, que tras su muerte quedo abandonado.

Por ultimo, Lars Von Trier decide adaptar para television el guion que Dreyer habia escrito y el resultado es una pieza de 70 minutos que parece influenciada menos por el estilo espartano de Dreyer que por el barroquismo visual de Tarkovski. Las imagenes impactan por su belleza y por el clima ominoso que van construyendo, de una densidad menos dramatica que poetica. En esta diferencia radica el problema: la poesia esta puesta en primer plano, hay un goce en la forma que parece diluir escenas de las que quedan solo bellas fotografias. El manierismo de Von Trier es tanto impactante (es conmovedora  la muerte del caballo) como asfixiante, y no deja lugar para la emocion humana. Por momentos, aun admirando sus logros fotograficos, es tambien infantil, tomando en este sentido la escena en que Glauce y Jason (los amantes que dejan a Medea despechada) no pueden consumar su amor en la tienda. Tambien es cierto que, cuando Medea asesina a sus hijos, vemos una serie de planos simples, ramplones en el contexto de la pelicula,y se percibe un goce en el hecho, un difuso golpe bajo.

Medea es en manos de Von Trier un personaje frio, inescrutable. La presencia de los Dioses, claves en el relato griego, se representa a traves de la composicion tremendista de los planos. Pero para quien escribe el interes de la trama reside, justamente, en eso que engrandece la obra de Euripides: la humanidad de Medea, que nos hace empatizar con ella y sentir, con cierto horror, que bajo determinadas circunstancias somos capaces de lo peor. En esa incertidumbre el relato se vuelve, en verdad, perturbador.

JPS

domingo, 2 de septiembre de 2012

Ordet de Carl T. Dreyer (1955)

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Ordet es un film sobre la fe, una fe que no solo entra en conflicto para sus multiples personajes sino tambien para el espectador, cuyas espectativas y deseos son puestos a prueba una y otra vez hasta un final bello y misterioso. No dejo de pensar, sin embargo, que la pelicula es algo previsible en la construccion de sus personajes y que su narracion fluye, por momentos, de manera torpe. El drama no esta tan depurado como el de, por ejemplo, la monumental Gertrud, y Dreyer logra desde la puesta en escena una perfeccion formal que hace mas visibles los problemas de dramaturgia.

Basada en una obra teatral de Kaj Munk, que murio fusilado por los nazis durante la ocupacion danesa, Ordet narra la vida de una familia de inicios del siglo XX, los Borgen, dedicados a la ganaderia en el marco de una comunidad rural y religiosa que comenzaba a extinguirse con la aparicion del auto y del telefono. El viejo Morten tiene tres hijos, Mikkel, Johannes y Anders. La esposa de Mikkel es la adorable Inger, el mejor personaje de la pelicula, una mujer dulce y devota cuya humanidad se apodera de cada escena en la que aparece. A punto de dar a luz a su tercer hijo (el primer varon), Inger enferma y su vida peligra. Enfrentados a esta situacion extrema, la fe de cada uno de los hombres es puesta a prueba.

Hay una sub trama menos lograda que involucra a la chica que pretende Anders, Annie, hija de un pastor vecino que pertenece a otra religion y que se niega al enlace. Aqui es donde la narracion parece dispersarse y falla en concentrar todos los elementos que propone. El contraste entre la belleza humana de Inger y las figuras apenas dibujadas de la joven pareja es notorio y se percibe como un error. Tambien hay que decir que Johannes, el hijo loco que se cree Jesus, es un personaje esquematico cuyo cambio final es en exceso esperable. 

De todos modos, la pelicula tiene sus meritos. La camara de Dreyer se mueve con una fluidez admirable, prescindiendo de los cortes y privilegiando el movimiento de las figuras en el plano. La puesta en escena cargada de simbolos, una marca de autor, funciona a la perfeccion y la fotografia en blanco y negro es poco menos que gloriosa. Pero si Ordet ha pasado a la historia es por su escena ultima, la representacion cinematografica de un milagro. En varios momentos de la pelicula los personajes se preguntan si los milagros son posibles en esta epoca y, sobre el final, eso sucede frente a sus ojos y los nuestros. Dreyer filma la situacion con pompa, con una solemnidad propia de las Iglesias; yo prefiero el bello milagro de Fanny y Alexander de Bergman, mucho menos solemne, mas cercano a la magia, casi pagano y secular.

Dreyer construye con rigurosidad un mundo lleno de interrogantes y dudas en el que solo la fe otorga algun sentido. El milagro se produce porque la pequena niña y el loco creen, y es entonces que uno se pregunta si Dios es la sadica y funebre divinidad de los adultos o el heroe magico y paternal de los niños. Si la respuesta la ultima, reitero, la formula de Bergman es la acertada. Dreyer apela a la inocencia como ultimo recurso, para volver posible la magia. Antes solo le intereso el tormento y la duda y, aunque sobre el final muchos conflictos se resuelvan, hay algo sadico en el, algo que lo asemeja demasiado a su Dios.

JPS