domingo, 18 de noviembre de 2012

Foreign Correspondent de Alfred Hitchcock (1940)

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Cuando Goebbels, el jefe de propaganda del partido nazi, vio Foreign Correspondent dijo lo siguiente: es una obra maestra de la propaganda, una produccion de primera calidad que sin dudas causara una impresion poderosa en las masas de los paises enemigos. Es imposible saber hasta que punto los directores de aquella epoca trabajaban de acuerdo a sus convicciones o siguiendo un estricto plan politico pero lo cierto es que, como la anteriormente resenada Man Hunt, el film es un sensacional ejercicio de propaganda en el marco de una guerra cruel que comenzaba a pedir la intervencion de Estados Unidos. El punto a favor es que el enemigo en cuestion era el nazismo y su horror criminal, quizas eso nos haga relativizar ciertos excesos patrioticos o la afirmacion de teorias ridiculas y peligrosas como el destino manifiesto americano, que al mundo solo le ha dado dolor y hamburguesas.

Un periodista estadounidense mediocre es enviado a la Europa de Hitler en busca de noticias que atraigan la atencion del gran publico. A Hitchcock le fascinaba la idea que un hombre comun se enfrentara a circunstancias extraordinarias y este plot se puede encontrar en muchas de sus grandes peliculas. Nuestro heroe mediocre, Jones, revelara su grandeza al descubrir un complot internacional y enamorarse de la hija de un ambiguo politico pacifista. En otro elemento tipicamente hitchockiano, nadie creera la teoria conspirativa de Jones excepto la mujer y, de manera asombrosa, el futuro del mundo civilizado dependera del capricho amoroso de una dama. Esta es la clase de ambiguedad narrativa que hace de Hitchcock el genio que es, sus grandes peliculas ponen al amor en el centro del mundo y exhiben cuan dificil es establecer un vinculo entre un hombre y una mujer. Jones contara con la colaboracion de un periodista ingles llamado Scott ffolliott, cuya falta de mayusculas en el apellido se debe a que uno de sus ancestros fue decapitado por Enrique VIII. Como si la tradicion europea fuera la causa misma de la guerra, los americanos seran los ojos del mundo y llevaran su impetu liberal a las caducas estructuras del viejo mundo.  La guerra no puede evitarse pero los estadounidenses estaran alli para reestablecer el orden y la pelicula termina con un discurso que es menos cinematografico que politico, una deliberada explicitacion del mensaje que arruina el final.

Los elementos fascinantes de cualquier pelicula de Hitchcock estan presentes y hay escenas que solo podrian calificarse de fenomenales, entre ellas la del molino y la del asesinato del diplomatico, con esos paraguas moviendose coreograficamente bajo la camara. El problema es que Foreign Correspondant adolece de la incorreccion politica y el cinismo rabioso de las obras maestas del director y pierde asi su poder corrosivo, lo sexual esta aplastado bajo el peso de lo politico y toda ambiguedad queda anulada. Cuando escucho discursos que celebran el regreso a la politica temo por el final irreversible de la imaginacion ya que ambos mundos son, lo sabemos, incompatibles.

JPS

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