domingo, 17 de marzo de 2013

Ana Karenina de Joe Wright (2013)

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A diferencia de su gran pelicula Pride and Prejuice, en Ana Karenina Joe Wright no pone el acento sobre el retrato de costumbres ni sobre los personajes sino sobre la trama, transformando la obra maestra de Tolstoi en un folletin de baja categoria. Por otro lado, como sabemos, atormentada por las dudas y los prejuicios, Ana se suicida, y la pregunta que surge es logica: que sentido tiene narrar un desenlace de este tipo en una epoca en la que la mujer ha ganado un lugar importante en la sociedad? La pelicula  no otorga respuestas a este interrogante basico y, como si fuera consciente de este conflicto de origen, Wright hace que el film se estructure alrededor de una puesta teatral en el que no pocas veces se viaja detras de bambalinas. El director intenta atenuar asi  la artificiosidad banal de su pelicula pero, claro, no lo logra. Si Ana es uno de los personajes mas asombrosos de la historia de la literatura, aqui sus decisiones parecen guiadas por un conjunto de caprichos, aun a pesar del esfuerzo de la hermosa Kiera Knightley. Por impericia o porque el desafio era en verdad muy complejo, Wright no trasciende el argumento, pone el peso del drama en los rostros petreos de sus actores ingleses fingiendo ser rusos y el filme parece una interminable publicidad, filmada con pericia y talento, pero sin corazon. 

Claro que el film tiene sus meritos visuales, estamos ante un director que es un especialista en la puesta en escena, con una enorme facilidad para la belleza. Pero cuando uno adapta una novela de la fama de Ana Karenina debe tener una razon valida para hacerlo, debe encontrar en la obra una metafora que haga eco sobre un presente que cambia pero que siempre es el mismo. Nada de esto sucede aqui y con el film ocurre lo peor: cae en la total intrascendencia.

JPS

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