Alguna vez imagine un ciclo de cine que narrara la historia de Estados Unidos a traves de 10 peliculas. Como tantas otras cosas en mi vida, el ciclo nunca se hizo aun cuando ya habia elegido cada uno de los films a proyectar y habia elaborado su necesario marco historico. Hud era parte del grupo, la imaginaba luego de Red River de Hawks, narrando no solo el cambio de matriz productiva (de la ganaderia a la abstraccion petrolera) sino, principalmente, el cambio de mentalidad: del etico Math Garth al miserable Hud Bannon, del optimismo mesianico de los cuarenta a la decepcion existencial de los sesenta, del sello de convivencia firmado por la civilizacion con la barbarie que narra Hawks al aislamiento estremecedor de la escena final de Hud. Quien sabe, quizas nuestras biografias no sean mas que el recuento de nuestros fracasos.
Hud es una pelicula crepuscular. Su vision de la vida en los ranchos y en los pueblos ganaderos, con sus concursos de atrapar al cerdo y la pantalla de cine como forma de vinculo social, tiene una enorme fuerza elegiaca. Como decia Borges del Don Segundo Sombra de Guiraldes: todo alli parece estar haciendose por ultima vez. Entre esa tradicion americana se abre paso el impiadoso Hud. El personaje de Paul Newman es el unico capaz de detectar cuan mediocre es la vida en la llanura y su nueva ambicion acaba por destruir cada detalle de la vida cotidiana en los campos. Acostandose con mujeres casadas, embriagandose, manejando a toda velocidad, Hud necesita sentirse vivo en una comunidad donde todo parece eterno o inamovible. El personaje aprovechara la primera debilidad de su padre para apoderarse del campo y destinar la tierra a la renta petrolera. La escena en la que el anciano Ojos Furiosos Bannon se niega al avance del nuevo oro negro es poderosa: como voy a vivir de algo que no veo crecer? En su alegato se esconde una profunda impotencia ya que, como sabemos, cuando el progreso llega no deja nada a su paso. La esperanza americana estara cifrada en el sobrino de Hud, el joven Lonnie, que llevara la dignidad de su pais hacia la ruta, quizas para fundirse en silencio en esa abstaccion llamada pueblo, quizas para desaparecer del todo en el camino.
Hud es una obra maestra del cine americano, su tradicion clasica se funde con la modernidad y, en su silenciosa escena final, crea una metafora de enorme belleza.
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