Como joven realizador de un film que ha ganado algunos festivales internacionales, no puedo mas que desconfiar de cualquier pelicula que haya ganado algunos festivales internacionales. Tal es el caso de Abrir puertas y ventanas, co produccion con Holanda que, claro, gano premios en Holanda e hizo pensar a muchos que se trataba de una gran pelicula. Todo el asunto alrededor de estos festivales y premios merece ser analizado con aquel texto de Bourdieu sobre Campo Intelectual a mano para compender, asi, los extranos recorridos culturales y simbolicos que existen en el humilde universo del arte.
Muchos de los nuevos cineastas argentinos copian lo peor de Rohmer, su conservadurismo, y entregan en sus peliculas simples banalizaciones de aquel hermoso impresionismo rohmeriano. El frances consigue en sus peliculas narrar la tension entre lo efimero y lo eterno, el hombre y su entorno, parte del misterio de la experiencia humana. En Abrir Puertas y Ventanas, en cambio, todo se reduce a una metafora muy simple contada de manera muy artificiosa, con personajes que pocas veces son algo mas que estupidos, que se tratan mal, que se dicen sin problemas conchuda, forra, idiota, perdiendo toda nobleza y, por lo tanto, todo interes del espectador hacia ellos. La camara busca en vano algun lugar en el que pararse para mirar y, como nunca lo encuentra, se mueve de manera erratica prorizando una belleza del encuadre que no significa nada. Hay una busqueda forzada de momentos emotivos (la cancion, por ejemplo) que surgen desde el vacio de una narracion se pierde en un regodeo estetico y que desde su aparente libertad no hace mas que volverse una fabula conservadora.
Abris puertas y ventanas narra la historia de tres hermanas que viven en la casa de su abuela muerta. Si piensan que la casa las agobia y que las chicas estaran felices cuando logren modificar la estructura simbolica del lugar, acertaron. Esa es la metafora del film, clara desde un principio, contada con impericia y una incesante busqueda de emociones en la intrascendencia. Las actuaciones son malas, no por culpa de sus buenas actrices, sino por una falta de direccion. Se escuchan esa clase de dialogos tan de cine argentino, donde el hecho de ir o no al videoclub parece central para la vida de todos.
Hay una idea generalizada en el nuevo cine que dice que todo debe ser sugerido. Esto es una aberracion estetica. Esta claro que no debemos ser obvios, pero la exagerada sugestion hace que uno sienta que el director no quiso apostar a nada, que no se hizo cargo de la historia (de la pelicula y de su pais) y dejo que todo quedara en un fuera de campo que suena a simple cobardia artistica y que excluye a lo real, ese concepto magico. Es comun en muchas peliculas nacionales de nuevos directores que todo transcurra en un entorno cerrado, en un marco que los exima de enfrentarse a la compleja trama de la realidad que, de todos modos, siempre esta ahi. Los padres de las chicas estan ausentes y, claro, uno de inmediato puede pensar en los desaparecidos. Este detalle no es un elemento que suma sino una trampa que no se traduce en una conducta de lucha por parte de las tres ninas, que son poco menos que estupidas.
En Abris Puertas y Ventanas se repite un triste sindrome del nuevo cine argentino: en su afan por cenir la narracion a espacios fisicos y simbolicos reducidos, quienes terminan encerrados son sus directores, que filman la cronica de su propia incapacidad para comprender eso que sucede. Sus prejuicios se comunican en la falta de nobleza de sus personajes, sus miedos en la banalidad que filman, y en lugar de dar pie a una libertad que es tambien angustia, someten a sus personajes a una tristeza forzada y poco natural. En este caso, la directora es la casa, su peso simbolico y cultural, transformando la obra en una suerte de experimento sadico muy sugerido. Cuando las chicas logran librarse de ese peso, la camara se aleja y todo termina. Es dificil filmar la libertad.
JPS
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