domingo, 18 de marzo de 2012

In The Mood For Love de Wong Kar-Wai (2000)


Una de las películas más bellas que se hayan hecho en los ya lejanos años 90 es Chungking Express del hongkones Wong Kar Wai; yo la vi muchos anos después (en 1994 era apenas un niño) y aun conservo la bella impresión que me causo, sus colores, su música, su caótica construcción espacial, las charlas del personaje principal con su jabón (“estas más delgado”). Se puede sentir la urgencia de la película, su pasión cinéfila desbordando los encuadres, la voracidad con la que la cámara filma las historias que no pasan de ser absurdas, ecos de un viejo policial negro que a nadie le importa. Una genuina obra maestra, surgida casi sin querer, como el reflejo oriental de una vieja peliculita francesa, A Bout de Souffle, con la que tiene muchas cosas en común, sobre todo la capacidad para sintonizar a la perfección con su tiempo.

La consagración inmediata del director hizo olvidar a muchos que Chungking Express era una excepción en su aun incipiente obra: filmada en dos semanas, casi en un arrebato emocional, la película brilla, en parte, por su misma desesperación. Cuando el éxito le dio a Wong tiempo y dinero para filmar a gusto su verdadero estilo fue expuesto y, para quien suscribe, la obra del director nunca dejo de ser un gran motivo de dudas. Cabe aclarar que esta fuera de todo consenso criticar In The Mood For Love, una película canónica, considerada unánimemente como obra maestra, aunque leyendo viejas criticas no encuentro más que razones rayanas en lo místico para elogiarla: me resulta imposible poner en palabras todo lo que consigue transmitir "In the mood for love", escribe literalmente uno de los criticos.

La pelicula es un largo ejercicio de estilo, una demostracion de recursos que termina con sus personajes ahogados bajo una montana de ralentis, canciones de alto contenido cool, encuadres torcidos, efectos de fuera de foco, fueras de campo forzados, etc. Los momentos en que los personajes logran respirar son escasos y le dan algo de certeza a un film que hace de la ambiguedad un recurso tramposo. Lo que vemos es un derroche de talento y capacidad estilistica, y lo que en Chungking Express parecia unido a la perfeccion, la relacion trascendental entre contenido y forma, aqui parece completamente separado, como si esa forma vampirizara al contenido hasta dejarlo vacio. Que funcion cumplen los famosos planos en camara lenta con su bella musica mas que la de impresionar por su exhuberancia? Que representa esa escena final, con sus largos y perfectos travellings y su exhibicion escenica, mas que el estilo venciendo al drama? Nadie, mucho menos yo, puede estar en contra de la belleza, y una flor demuestra que esta no siempre tiene que tener una razon ni una justificacion mayor que la de ser en si. Pero cuando hablamos de arte, y se incluye en una pelicula a un ser humano sufriendo, es grato ver que el director usa ese sufrimiento para algo mas que para lucierse como esteta. In The Mood For Love es, de todos modos, una pelicula compleja para analizar ya que, aun a pesar de sus errores, es capaz de darnos un dialogo, un rostro, un momento, de enorme valor cinematografico. Esos detalles aparecen, justamentem cuando Wong mira y escucha a sus personajes, cuando se toma el tiempo suficiente para aprender algo de ellos. Es muy linda la escena en la que ella regresa a la pension y llora recordando eso que nunca sucedio, alli no hay musica ni efectos de imagen, solo una chica hermosa llorando por un amor perdido, el verdadero secreto del cine.

Es posible que mi conflicto con esta pelicula se haya dado porque vi primero las ultimas obras de Wong, todas ellas barrocas e insoportables, y fui consciente que, entre la urgencia del presente de Chungking Express y la mortuoria obra de museo de My Blueberry Nights, el director optaria por el segundo camino, ese largo sendero en el que siempre se viaja solo.

JPS

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