martes, 22 de mayo de 2012

Rain Man de Barry Levinson (1988)



Puedo afirmar sin ruborizarme que Tom Cruise es uno de los más grandes actores americanos de los últimos anos y que su extraña inhumanidad es perfecta para esas películas de Hollywood producidas por sociedades anónimas y dirigidas por autores que buscan en su pose la secreta clave de una época. No debemos olvidar que Cruise ha trabajado, entre otros, con Scorsese, Spielberg, Kubrick, Coppola, Anderson o Di Palma. En Rain Man el peso actoral parecería recaer sobre la gesticulación de Dustin Hoffmann pero no, el corazón del film y quien lo sostiene de principio a fin es Tom y el drama humano que representa con su habitual grandeza. Luego, la película es uno de esos subproductos americanos hechos para el Oscar y el olvido, categorías en las que ha triunfado sin inconvenientes.

Rain Man es una película extraña porque no trata sobre un padre ausente, figura argentina por excelencia, sino sobre un hijo ausentemetafora que quizas sirva para comprender la historia de Estados Unidos y la generacion de yuppies que mancillaron el sueno original de los Padres Pioneros. Charlie es un niño abandonico que huye de su hogar y de su inocencia para transformarse en un cruel hombre de negocios que, justo cuando debe afrontar el peor momento de su vida profesional, se entera de la muerte de su padre. Allí comprueba con horror que no solo no heredara dinero alguno sino que además deberá hacerse cargo de un hermano con una discapacidad muy conveniente a fines narrativos.  En ese momento comienza una road movie hecha con toda la pericia rítmica de Levinson y en cuyo viaje nuestro héroe conseguirá, por fin, la humanidad que no posee.

La película escasea en grandes escenas o en planos que puedan hacernos pensar en el lenguaje; se apoya por completo en su protagonista y en el vía crucis que deberá transitar para purgar sus culpas. La puesta en escena es, por así decirlo, humanista, y se estructura a partir de las actuaciones de sus estrellas, que claro que hacen todo a la perfección. Una película agradable, olvidable, una de esas obras que los americanos realizan con pasmosa facilidad y que al resto de las cinematografías les cuesta tanto producir.
   
JPS

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